Ya ni cuando estaba la Promotora

Chivas atraviesa una crisis fuerte, existe un grupo desunido, apático, que no juega ni siquiera a las canicas, mientras que su directiva no tiene planes a largo plazo y sólo se preocupa por el rápido retorno de inversión y no tiene interés alguno en escuchar a los millones aficionados rojiblancos que se encuentran a lo largo y ancho de México.

Recordemos cuando apareció en la escena pública el empresario Jorge Vergara manifestando su intención de querer comprar a Chivas para rescatarlo de sus problemas económicos y hacerlo "el mejor equipo del mundo" con los mejores jugadores, técnicos y hasta un estadio nuevo para que Chivas estuviera a la altura de un equipo grande. Pero, ¿qué ha sucedido?

Chivas no encontraba la puerta cuando la Promotora, que era lidereada por Salvador Martínez Garza, manejaba al equipo. Después del campeonato del Verano 1997, los rojiblancos poco a poco fueron cayendo, aunque jugaron una final contra el Necaxa en el Invierno de 1998, Chivas se vino abajo después de la venta de Ramón Ramírez al América ya que él era el motor ofensivo del equpo. Lo peor ocurre cuando el Guadalajara es desmantelado por completo de cara al Invierno 2000 vendiendo jugadores como Noé Zárate, Claudio Suárez, Paulo César Chávez, Héctor Castro, Jesús Mendoza, entre otros, hasta el "Tuca" Ferreti se fue del equipo para dirigir a Tigres.

Los resultados fueron obvios: una pésima campaña dejando a Chivas en el lugar 17 de 18 equipos, donde lo único que destacó fue la victoria al América en el estadio Azteca por 3-0, también estuvo la aparición de Edoardo Isella el cual se estaba consolidando como ídolo de la afición, pero el llamado a la selección mexicana hizo que perdiera la cabeza y su carrera por Chivas tuvo un paso corto.

Cuando Vergara toma el equipo, Chivas tenía problemas de descenso, había poca esperanza por parte de la afición la cual demostró con su ausencia del estadio Jalisco, todo esto fue producto del poco interés que tenía la Promotora Deportiva Guadalajara en manejar al equipo ya que le quedaban 3 años de administración como estaba estipulado en el contrato con el Club Deportivo Guadalajara A.C. que era presidido por Francisco Cárdenas, el cual estaba esperando recibir al equipo para hacer negocios con Televisa, dueño del América.

El dueño de Omnilife compra a Chivas con el argumento de hacerlo el mejor equipo del mundo, por eso la afición le apoyó ya que estaba necesitada de tener un equipo ganador ya que ni siquiera se estaba calificando a la liguilla, hasta el Atlas le había robado protagonismo gracias al estilo de juego de Ricardo Lavolpe y de debutar jugadores de las fuerzas básicas.

Ahorita el equipo está peor a comparación de la era de la Promotora o de la Asociación Civil, Vergara es un tipo que si bien es excelente para hacer negocios, su falta de conocimiento en cuanto al futbol ha hecho de Chivas un desastre, además de que su temperamento no le ayuda ya que le provoca inestabilidad a los planes del equipo a largo plazo. Por eso uno se pregunta cómo le ha hecho para hacer crecer a sus empresas, especialmente Omnilife.

Se extraña la era de José Manuel de la Torre como entrenador, de Juan José Frangie como director ejecutivo de Chivas y de de la Torre como director deportivo que ahora está haciéndo un excelente trabajo en la Selección Mexicana. La gente que está a cargo de la institución quienes son Pedro Sáez y Efraín Flores son meros sirvientes de Vergara, los cuales no tienen criterio propio y sólo hacen lo que les dicta el patrón, de esa manera no se llega a nada.

Esto no lo merece el equipo más importante, ganador y popular de México, el cual se ganó el cariño de la afición por su identidad con la sociedad mexicana al ser un equipo humilde, creyente de sí mismo y por si fuera poco ganador a base de sólo jugar con mexicanos. Chivas no tiene ángel, no juega al futbol, está dividido y a sus dueños sólo les interesa el billete. Jorge Vergara debería de leer a Lee Iacocca, quien fue director general de Chrysler, ya que él decía que la empresa que no escucha a su mercado está condenada al fracaso.